Los hombres, como todos los seres humanos, tienen sus peculiaridades y defectos. Lloran y ríen, gruñen y se equivocan. El hombre es un niño y, a veces, un cascarrabias.
Por la noche, después del trabajo, vacía en secreto tus cremas más caras ("Tengo la cara un poco pálida"). Pero cuando le preguntas si necesita algo de la droguería te contesta que no... y esto hace que te hierva la sangre. ¡Odias sus manías!
Aunque si hay algo que realmente nos enfada a las mujeres es cuando, después de una bronca en la cocina, se van sin más a tumbarse al sofá y a navegar con el móvil.
Lógicamente no todos los hombres son iguales y no queremos sembrar la discordia, sólo sacaros (tanto a mujeres como a hombres) una sonrisa. Porque para qué lo vamos a negar, los hombres nos vuelven locas tanto en el mal sentido como en el bueno.
Sigue leyendo las 12 manías más significativas de los hombres y que más sacan de quicio a las mujeres. ¿Te sientes identificada?
Volver a meter las botellas vacías en el frigorífico
----Fuera orden. Vuelve a meter las botellas vacías en el frigorífico.
Te levantas por la mañana y quieres echarle un poco de leche al café. Cuál es tu sorpresa cuando, por mucho que vuelques la botella, no sale nada. Y te preguntas por qué: ¿por qué vuelve a meter la botella o el brick que ha terminado en la nevera cuando la bolsa del reciclaje está sólo a dos pasos?
Ver el futbol y abstraerse de todo
Como en el campo. Ve el futbol y se abstrae de todo.
Estás en casa con tu chico y pone un partido de futbol, no importa si no juega su equipo, ni si es un amistoso. Él gritará a los jugadores y celebrará los goles a todo volumen como si estuviese en el campo o en un bar lleno de gente.
O queda para ver un partido con los amigos... Entonces olvídate, durante algo más de hora y media, ni sabrás que existes.
No cerrar la tapa
Ejercicios de muñeca. No cierra la tapa de las botellas o de los botes, por ejemplo de mermelada.
Para nosotras es algo natural, cogemos un bote, lo abrimos y, después de usarlo, volvemos a cerrarlo. Y no nos entra en la cabeza que para algunos hombres no sea así. No es sólo que los alimentos que contienen se puedan estropear, además podría pasar que se vuelquen y se esparza el contenido por la mesa o encimera.
Zapping y quedarse dormido
Adictos a la televisión y dormilones. No suelta el mando a distancia y hace zapping continuamente. Y luego se queda dormido en las películas buenas.
Cambia de canal cada dos segundos y te acaba sacando de tus casillas. Cuando por fin dejan una película, y os ponéis a verla juntos, se queda dormido, ¡con lo emocionante que estaba! ¿Y ahora con quién la comentas?
Estornudar a todo volumen
Estornudar de forma que tiemblan hasta las paredes.
¿Qué es eso? ¿Han tirado un petardo, se ha caido algo? No, es tu chico estornudando porque le picaba un poco la nariz. Tú, del susto, casi te caes de la silla y te preguntas si realmente es necesario estornudar a ese volumen de decibelios.
Comer como un animal
Instintos animales. Ha olido que de comer hay algo que le gusta y ya sabes que lo va a engullir como si no hubiese un mañana.
Llega la hora de comer y hay espaguetis con tomate, ¡su preferido! Se los come en dos segundos y, al terminar, tiene tomate por toda la cara. ¡Y eso si no mastica con la boca abierta y haciendo ruido! Son como niños grandes, pero tú no eres su madre y no tienes por qué estar educándole.
Preguntar dónde están cosas que tienen delante
Quien busca, encuentra. Preguntar por el paradero de cosas que tiene justo delante. Por ejemplo, en el frigorífico.
Se dice que las mujeres tienen mayor visión periférica y los hombres cilíndrica. Esto quiere decir que ellas pueden percibir más cosas de un sólo vistazo, mientras ellos ven mejor lo que está justo en su foco de visión, incluso a mucha distancia.
Por eso, es posible que tu pareja realmente no esté viendo la mantequilla aunque esté justo delante de él. Pero también es cierto que, aunque no lo vea como tú del primer vistazo, no le cuesta nada buscar con más atención.
Sobre actuar cuando están enfermos
Los hombres son malos enfermos. Actúan como si estuviesen cercanos a la muerte cuando tienen un resfriado.
Las primeras veces te preocupas de verdad, tu pareja no para de quejarse y lloriquear y, claro, tú piensas que ledebe pasar algo grave. Hasta que te das cuenta de que tiene un simple resfriado con un poco de fiebre. Tú, en el mismo estado, vas a trabajar y te encargas de la casa como si nada.
Practicar para la maratón. Anda como un loco de un lado a otro de la casa mientras habla por telefono.
Suena su teléfono, se levanta a cogerlo y ya no para quieto hasta que cuelga. Va de una habitación a otra, sin rumbo, como un alma en pena.
Nula capacidad de atención y memoria
Si lo cuentas dos veces se retiene mejor. Tiene la capacidad de atención de un niño de 8 años y la memoria de una embarazada.
Le has contado 20 veces que esta noche viene tus padres a cenar y, aun así, cuando llaman al timbre se sorprende. ¿Es que no te escucha o se le habrá olvidado? Puede que un poco de todo...
Comprobarlo todo 20 veces
Regreso al futuro. Necesita 10 minutos para poner el despertador y prueba 20 veces si la función está bien puesta.
Estáis en la cama y quieres apagar ya la luz, pero tu pareja sigue liada con el despertador y, cuando por fin lo ha puesto, aún comprueba un par de veces si realmente está puesta la alarma, si la hora está bien, si es AM o PM... ¿Por qué no lo harán una vez pero prestándole realmente atención?
Algo parecido pasa con el coche. Después de aparcar y cuando ya estás a mitad de camino, se dan la vuelta paracomprobar que lo han cerrado.
Cuidarse demasiado
El baño en manos de los hombres. Se ducha durante horas y se mira cada vez más tiempo en el espejo.
Siempre se ha dicho que las mujeres son coquetas y se pasan demasiado tiempo en el baño. Pero cada vez hay menos diferencia con los hombres. Sí, nos gusta que os cuidéis, ¡pero no más que nosotras! Los hombres presumidos nos ponen de los nervios.
Sera así?
ResponderEliminarsiiiiii
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