Durante muchos años fui amante de un hombre, se llamaba José, su esposa se llamaba Carla, y yo Ana…cada vez que nos encontrábamos le pedía a José que ya dejara a su esposa de una vez, ya que era hora que me convirtiera en una Señora también... José siempre me decía que no podía dejarla aun porque con los hijos (tenía dos: una niña de 7 años y un niño de 2 años) era imposible dejarla…Siempre le preguntaba a José si aún amaba a su esposa, el respondía: desde que vinieron los niños ya nada es igual, ella engordó, no se cuida, anda muy nerviosa, ya no hay amor entre los dos, casi no tenemos sexo, es muy cansador vivir en ese ambiente...
Cansada de sus excusas, decidí hacer algo al respecto, y me hice amiga de la esposa de mi amante, contacte con ella en un comercial, le saludé y admiré a sus niños, les invité a tomar helado y así iniciamos una amistad… a José no le gustó, pero no podía decir nada, es que yo era su amante… iba a ser espantoso que yo contara eso en su hogar, y dejarme a mí, tampoco le convenía…
De mi relación con José no me quejo, me llena de regalos, me dio una tarjeta de crédito que la uso a mi antojo, paga mi departamento y me dijo que fin de año que regalaría un coche... pero, hay veces que me siento sola y ya es hora de convertirme en Señora…
Un día, Carla me invitó a cenar, era el cumpleaños de su hijo, era la primera vez que iba a pisar el hogar de mi amante, nerviosa pero curiosa acepté...
Fui a su casa un poco más temprano para ayudarla con la cena “WOOW SORPRESA”, fue la situación más difícil que encontré en mi vida, me di cuenta que mi amante era un mentiroso… Carla estaba gorda, pero entendí el ¿por qué? Estaba nerviosa, y entendí por qué, no se cuida (por su forma de vestir) y entendí ¿por qué?, y quizás entendí por qué no le llenaba en la cama a José…
Carla, trabaja en una oficina como secretaria, se levanta a las 5 de la mañana (yo me levanto a las 9) para preparar todo a los hijos que van al cole, les prepara el desayuno, el merendero, y deja para José y sus hijos lo que van a almorzar; sale del trabajo a las 19 horas (yo a esa hora estoy por el spa o gym) llega a su casa les baña, les prepara la cena, la casa está súper ordenada!!, si lleva a su casa algún trabajo, cuando deja impecable el ambiente se sienta a continuar con los trabajos de la oficina., arropa a sus hijos y los hace dormir, ya tiene en la cama la pijama de José y la ropa bien planchada del uniforme que se pondrá al día siguiente.
La pobre mujer duerme poco, no come a su hora: trabaja, es mamá, es esposa; no tiene ropas de moda: es que sus hijos y su esposo son quienes visten a la moda y ella me dijo: "mira, te presento mi hogar, este hogar feliz que estoy formando...” Ella es feliz, el infeliz es José que no la ayuda.
Me di cuenta que yo esa vida no la llevaría todavía, no sería capaz de ser una Señora, es muy grande esa palabra para mí, no estaba preparada, y todo el amor que le tenía a José, esa noche murió…murió mi amor por José porque vi que tenía una esposa completa, pero su esposa no tenía un hombre completo, un hombre que la respete, un hombre que la valore un hombre que la ame, ese hombre no tenía Carla, y por lo tanto ese hombre tampoco iba a tener yo…
Decidí dejarlo y decidí cambiar mi vida. Busqué un hombre soltero, me hice novia y después de 2 años me hice esposa. Hoy yo sería Carla…y ruego a Dios que mi esposo no sea como José... aprendí que en la vida todo se paga y que siempre hay un aviso del Creador que nos dice: a tiempo debemos reflexionar y salir del pecado, arrepentirnos, pedir perdón y buscar su camino...
NO TODAS ALCANZAN EL NOMBRE DE SEÑORA
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