Muchos tenemos la creencia de que una mujer después de los 30 años, ya no tiene la suficiente fuerza para convertirse en madre, porque el cuerpo ya no aguanta igual, o a veces escuchan las típicas frases: ¨Te imaginas como te vas a ver cuando tu hijo salga de la universidad¨ ¨Vas a parecer su abuela¨ ¨¿No te da miedo?
Muchas veces una mujer no está preparada para convertirse en una madre joven, por lo que decide esperar y lejos de ser egoísta, está haciéndolo para brindarle mayor atención a sus pequeños.
Pues esta mujer alemana viene a probarnos a todos que estábamos equivocados, ya que logró convertirse en madre nuevamente a los 70 años de edad, y no vas a creer cuántos bebés tuvo…
Annegret Raunigk es una madre soltera, había cumplido 70 años de edad, y ya tenía 13 hijos, de cinco padres diferentes por sus anteriores relaciones, pero por azares del destino se había separado ya de su última pareja, aunque ella quería nuevamente sentir la alegría de tener un bebé en sus brazos.
Muchos la criticaban, incluso su propia familia, decían que era una persona muy egoísta, por traer al mundo a tantas criaturas sin un hombre a su lado, pero a ella no le importaba pues sabía cuánto amaba a sus hijos, y estaba segura que podía hacerse cargo de ellos sin problema alguno.
Sin pensarlo dos veces, la mujer se hizo estudios para ver si se encontraba en buen estado de salud, pero aunque sus resultados fueron positivos, los médicos le recomendaron que no se sometiera al proceso de la fertilización, pues a sus 70 años de edad, era algo arriesgado tanto para ella como para el bebé. Incluso en varias clínicas le negaron realizarle el proceso, sin embargo, ella no se dio por vencida y con ayuda de su nieto de 25 años, quien le dono los espermas, hizo realidad su sueño.
Los doctores estaban sorprendidos de ver que los pequeños estaban en buen estado de salud, hubo algunas complicaciones después del parto, pues durante una semana tuvieron que dejarlos en la incubadora, y a dos pequeños tuvieron que realizarles una cirugía de emergencia, pero afortunadamente todo resultó bien para esta peculiar familia.
Nombró a los pequeños: Neet, Dries, Bence y Fionn, quienes han hecho muy feliz a Raunigk, ella dedica su vida entera a sus hijos, pues ya es una maestra retirada, asegura que aunque duerma poco, ella ama a sus pequeños, y a pesar de lo que opinen otras personas, se siente plena de convertirse en madre nuevamente.
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