Muchos sabemos sobre el uso del ajo en la cocina y aunque algunos no les gusta su sabor, la mayoría de las personas son conscientes de sus usos medicinales.
El ajo ayuda en el tratamiento de los resfriados, la tos, dolor de garganta, infecciones de los senos paranasales. Cuando se aplica tópicamente, el ajo puede tratar infecciones de la piel.
En condiciones crónicas, el ajo reduce el azúcar en la sangre y la presión arterial. Es eficaz en el tratamiento de la Malaria y estimula la inmunidad en las personas con SIDA.
El ajo fresco tiene propiedades más potentes, pero algunas personas no lo pueden comer crudo, ya que su sabor es demasiado fuerte. En estos casos, se puede picar finamente, cocinarlo un poco o simplemente hacer una miel ajo.
La miel de ajo es fácil de hacer y se puede utilizar para tratar una dolencia o agregar a sus comidas. Limpia y corta una cabeza de ajo entera. Picado el ajo ayuda a liberar alicina, el más potente agente químico.
La alicina se forma cuando la aliina reacciona con la enzima alinasa al picar o triturar los dientes de ajo. Una vez que hayas terminado de picar los dientes de ajo, ponlos en un frasco de medio litro limpio. Agregar la miel. Utiliza la miel cruda y orgánica.
Toma algo de tiempo para que la miel filtre a través de los dientes de ajos picados, Use un cuchillo o una chuleta de palo para conseguir las burbujas de aire, así que debes vertirlo lentamente. Unas cuantas burbujas de aire se pueden formar entre los dientes de ajo, en lo cual pueder utilizar un cuchillo o una cuchara de madera para eliminarlos.
Cierra el frasco y etiquetalo. No te olvides de ponerle la fecha. Guárdalo en la despensa de 2 a 4 semanas. Después de que las 2-3 semanas pasen podras utilizar la miel con o sin el ajo por un periodo de 3 meses.
Puedes consumir la miel de ajo en cucharadas o simplemente añadirla al té si tienes un resfriado, tos o cualquier otro dolor.
Fuente:medicinaalternativa